A primera vista puede parecer que la devoción a la Divina Misericordia es sólo una variación de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, y que entre estas dos devociones no hay ninguna diferencia esencial.
Ambas devociones son diferentes, con diferencias que se refieren al objeto de cada una de dichas devociones, objeto importante y tangible para ambas, es decir, a la esencia misma de ambas devociones. Las diferencias también existen en cuanto al tiempo privilegiado con el que se relacionan determinadas promesas.
En la devoción al Sagrado Corazón de Jesús el objeto principal es la Persona Divina del Hijo Encarnado de Dios. En la devoción a la Divina Misericordia el objeto principal es la misericordia de la Santísima Trinidad tomada en su totalidad.
El objeto tangible de la devoción al Sagrado Corazón es el Corazón humano y físico de Jesús. El objeto tangible de la devoción a la Divina Misericordia es la imagen de Jesucristo Misericordioso, pintada según la visión que tuvo Santa Faustina el 22 de febrero de 1931 en Płock.
La esencia de la devoción al Sagrado Corazón es la expiación. La esencia de la devoción a la Divina Misericordia es la confianza.
Los tiempos privilegiados en la devoción al Sagrado Corazón son los primeros viernes de cada mes y la Solemnidad del Sagrado Corazón (Solemnidad que se celebra exactamente dos meses después que la Fiesta de la Divina Misericordia). Los tiempos privilegiados de la devoción a la Divina Misericordia son las tres de la tarde de cada día (el momento de la agonía de Jesús en la cruz) y la Fiesta de la Divina Misericordia, el domingo siguiente a Pascua de Resurrección (Fiesta que se celebra exactamente dos meses antes que la Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús).