Una sumatoria de eventos hicieron que fuese un día para recordar siempre, y es que además del hecho histórico que representa la celebración de la primera Adoración Eucarística a nuestro Señor en el que será su nuevo y definitivo hogar una vez que finalice la construcción del Santuario, la jornada estuvo llena de sorpresas que la hicieron memorable.
Desde temprano estuvo todo dispuesto para recibir con un cafecito a las más de 70 personas que acudieron a la invitación. En un ambiente muy alegre y fraterno fue posible reencontrarse e incluso ponerle un rostro a los nombres de quienes desde hace ya largo tiempo integran las cuadrillas de adoradores permanentes y de emergencia y que han velado por acompañar a Jesús Sacramentado día y noche de manera ininterrumpida.
Antes de iniciar la Adoración, en el galpón, el Padre Juan Ignacio dio la bienvenida a los asistentes y puso en contexto la función de una Capilla de Adoración Perpetua en medio de una comunidad. A continuación tres adoradores, Isabel, Jorge y Sebastián, desde sus distintas realidades e historias de vida, dieron testimonio de su experiencia en la Adoración, conmoviendo profundamente a todos los participantes quienes se vieron también reflejados en sus historias.
En medio de cánticos de alabanza y con una contagiosa solemnidad inició la procesión hasta la construcción y al llegar al terreno el Santísimo Sacramento fue ubicado en el lugar exacto donde prontamente permanecerá, para seguir siendo adorado y bendecido por todos sus devotos, feligreses y los peregrinos de su Divina Misericordia que visiten nuestro Santuario.
Tras un momento de profunda adoración finalizó el encuentro, que se dio también en la víspera de la Natividad de nuestra Madre María, acompañándonos con su presencia para hacer aún más especial este día.