En este momento estás viendo Dedicación del Santuario de la Divina Misericordia: una fiesta inolvidable para nuestra diócesis
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El pasado 9 de noviembre, ante más de 2 mil personas, nuestra iglesia fue nombrada Santuario Diocesano de la Divina Misericordia, abriendo sus puertas oficialmente por primera vez y cumpliendo así el anhelo de miles de devotos de todo el país que podrán acudir al encuentro de Jesús Misericordioso, quien ha prometido derramar «un océano de Gracias» sobre aquellas almas que se acercan a la fuente de Su Misericordia, según fue revelado a Santa Faustina Kowalska.

Nuestro Santuario, erigido sobre uno de los ladrillos de la primera tumba de santa Faustina junto a otras reliquias santas, ha sido construido gracias al apoyo y compromiso de cientos de personas que han sido parte de este camino de más de 20 años, para celebrar este hito histórico del que fuimos testigos.

Los invitamos a leer aquí la nota que el Arzobisado de Santiago publicó con motivo de la Dedicación, y a visitar a continuación una galería de fotos con algunos de los mejores momentos de la ceremonia.

Jesús, Confío en Ti.

Un templo consagrado al encuentro con la Misericordia de Dios

Con profunda emoción y gratitud, este 9 de noviembre de 2025 fue dedicado el nuevo Santuario de la Divina Misericordia, en Las Canteras de Chicureo, por el Cardenal Fernando Chomali, Arzobispo de Santiago. La Eucaristía fue concelebrada por monseñor René Rebolledo, Arzobispo de La Serena y presidente de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh); los Obispos auxiliares de Santiago, el párroco padre Juan Ignacio Schramm, y sacerdotes diocesanos y religiosos, entre ellos varios venidos desde Polonia, patria de Santa Faustina Kowalska.

En una celebración llena de signos y gestos litúrgicos, como la unción del altar, la colocación de reliquias y la iluminación del templo, la comunidad dio gracias por más de dos décadas de trabajo y oración que hoy se concretan en una casa consagrada al amor misericordioso del Señor.

La misa comenzó con la procesión de las reliquias que permanecerán bajo el altar, entre ellas las de Santa Faustina, Santa Teresa de Avila, Santo Cura de Arz., San Oscar Romero, San Alberto Hurtado, San Pio X, Santa Teresita de los Andes y los protomártires de la Iglesia de Roma. Estas reliquias, signo de comunión con los santos y testimonio de la fe que inspira el santuario, fueron presentadas por las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia, junto a sacerdotes venidos especialmente desde Polonia.

Durante la celebración, el cardenal Chomali presidió los ritos litúrgicos de la dedicación: la bendición del agua, la unción del altar y de los muros con el Santo Crisma, la incensación del altar y de toda la iglesia, y la oración solemne de consagración, con la que este lugar fue establecido como casa de Dios y espacio de misericordia.

En su homilía, el Arzobispo destacó el sentido espiritual del momento: “Este lugar dejará de ser solo un edificio y se transformará en casa de Dios, lugar santo de amor y misericordia”. Añadió que la construcción del santuario “es fruto de una fe viva que se manifiesta en obras concretas”, y un signo de que “en Chile sigue latiendo un alma católica que valora sus templos”.

Signos de una fe viva

Luego se aclamaron solemnemente las Letanías de los Santos, en un momento de profunda oración en el que toda la asamblea pidió la intercesión del cielo para el nuevo templo. Siguieron la unción e incensación del altar y de los muros y la iluminación del templo, signo de Cristo que resplandece en medio de su pueblo.

Después de estos ritos, se realizó el revestimiento del altar, signo de la participación del pueblo de Dios en la consagración del nuevo templo. Este gesto fue realizado por representantes de distintas comunidades eclesiales de la arquidiócesis, quienes llevaron los manteles y adornos que cubrieron por primera vez el altar del Santuario. Participaron miembros de la comunidad parroquial del Santuario y de la Capilla de Las Canteras, de la Fundación Misericordia La Pincoya, de la Fundación Casa de la Misericordia de la Basílica del Salvador, de la Fraternidad de Cuasimodistas, de la Fundación Santuario de la Divina Misericordia, y de la Congregación Hijas de Santa María del Corazón de Jesús, representada por la madre Belén Pacheco. Cada uno de ellos simbolizó con su gesto la entrega y compromiso de toda la Iglesia que peregrina en Santiago.

Lectura del decreto y firma del acta

Al finalizar la misa, la Canciller del Arzobispado de Santiago, Francisca San Martín, dio lectura al Decreto de Erección del Santuario de la Divina Misericordia, firmado por el Cardenal Fernando Chomali, que establece oficialmente el nuevo templo como Santuario Diocesano.

Posteriormente, se procedió a la firma del acta de dedicación y consagración del altar, rubricada por el arzobispo de Santiago, cardenal Fernando Chomali; el arzobispo de La Serena y presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, monseñor René Rebolledo; el presidente del Senado, Manuel José Ossandón; la alcaldesa de Colina, Isabel Valenzuela; el obispo auxiliar de Santiago, monseñor Alberto Lorenzelli; el presidente de la Fundación Santuario, Pedro Lecaros Menéndez; el matrimonio coordinador del Consejo Pastoral Parroquial, Eduardo Saavedra y Sandra Tobar; la superiora de la delegación en Chile de las Hijas de Santa María del Corazón de Jesús, madre Belén María Pacheco; la delegada de la superiora general de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia, madre Filipa Bak; el acólito del Santuario, Felipe Henchuleo Bravo; y la canciller del Arzobispado de Santiago, Francisca San Martín.

Con la firma del acta, el nuevo santuario quedó oficialmente entregado a la Iglesia como casa de oración y fuente de misericordia para el pueblo de Dios.

Palabras finales del Cardenal

Antes de la bendición final, el cardenal Fernando Chomali agradeció a todos quienes colaboraron en la construcción del santuario y dirigió un mensaje de esperanza. Invitó a la comunidad a rezar por las vocaciones sacerdotales, religiosas, matrimoniales y laicales, recordando que la Iglesia se edifica “día a día en la Eucaristía y en la generosidad de quienes responden al llamado de Dios”.

Además, llamó a cuidar este lugar sagrado: “Aquí muchos encontrarán consuelo, paz y esperanza. Este templo será un oasis de misericordia donde Dios se hace cercano a su pueblo”.

Una comunidad agradecida

El padre Juan Ignacio Schramm, Rector del Santuario, agradeció la presencia de la comunidad y el acompañamiento del Arzobispo, recordando que esta dedicación “traerá gracia no solo a este sector, sino a toda la arquidiócesis y al país entero”. “Chile necesita misericordia, afirmó. Frente a desencuentros y divisiones, solo la intervención del Señor puede transformar los corazones. Este santuario pedirá, desde aquí, esa misericordia para todo Chile”.

El Presidente del Directorio, Pedro Lecaros Menéndez, expresó su gratitud “a todos los donantes que hicieron posible esta maravillosa iglesia”, destacando que cada aporte, grande o pequeño, fue “un acto de amor a Dios y a la difusión de su Misericordia”.

Desde una mirada agradecida, la madre Filipa Bak, religiosa polaca de la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia, la misma de Santa Faustina, compartió su emoción por este día: “Estoy muy feliz y me siento privilegiada de haber estado en esta celebración tan especial. Este santuario será una bendición para Chile, una tierra hermosa pero también muy dolida. Aquí se derramará mucha misericordia”.

Las palabras de los asistentes reflejaron la alegría compartida por toda la comunidad. “Fue una experiencia maravillosa; sentirnos todos unidos en Jesucristo fue algo único”, comentó Cecilia Vargas, parroquiana y miembro del coro. Juan Luis Reyes, cuasimodista de Colina, expresó: “Nunca había vivido algo así; fue emocionante y lleno de fe”.

Para Inés Merino, una de las primeras colaboradoras del proyecto, la emoción fue doble: “Llevamos más de 15 años soñando con este momento. Dios ha estado en cada paso y hoy podemos ver Su promesa hecha realidad”.

La música litúrgica marcó el espíritu de la celebración

El gran coro ampliado, bajo la dirección de Gonzalo Simonetti, ofreció un acompañamiento musical de gran belleza, interpretando obras de Marco Frisina, el Ave Verum, el Aleluya del Mesías de Händel y cantos propios de la dedicación.

“El canto fue una oración”, expresó Simonetti. “Cada voz, cada instrumento, fue una ofrenda al Señor. La música ayudó a todos a contemplar la misericordia de Dios y a vivir la profundidad espiritual de este día”. Entre los integrantes del coro, Verónica Castro destacó: “Fue maravilloso, realmente un privilegio para mí. Nos preparamos durante todo el año, y aunque muchas canciones las cantamos siempre, esta vez fue distinto. Cantar en la dedicación de nuestra iglesia fue algo inolvidable”.

Historia del Santuario de la Divina Misericordia

Este santuario es fruto de más de 20 años de fe, perseverancia y amor a Dios. Su origen se remonta a 2003, cuando un grupo de laicos y sacerdotes presentó la idea de construir un santuario dedicado a la Divina Misericordia como signo de fe en el Bicentenario de Chile. Desde entonces, innumerables personas, familias y benefactores han contribuido con oración, trabajo y recursos para hacer realidad este sueño.

Las reliquias traídas desde Cracovia, incluido un fragmento del primer sepulcro de Santa Faustina, y las bendiciones de los papas San Juan Pablo II y Benedicto XVI, marcaron el camino de una obra que hoy se levanta como símbolo de fe viva.